Se celebra el 9 de noviembre en conmemoración de la primera transfusión de sangre realizada con anticoagulante en Argentina. La llevó a cabo, en 1914, el doctor Luis Agote.
En 2004 se promulgó la Ley Nacional 25.936, que establece el 9 de noviembre como el Día Nacional del Donante Voluntario y Habitual de Sangre.
La sangre y los productos sanguíneos seguros, así como su transfusión, son un aspecto fundamental de la atención y la salud pública. Cada día permiten salvar millones de vidas, mejorar la salud y la calidad de vida de muchos pacientes.
La necesidad de sangre es universal pero el acceso de todos los que la necesitan no lo es. La escasez de sangre es particularmente aguda en los países en desarrollo.
Para garantizar que toda persona que necesite sangre segura pueda acceder a ella, es preciso contar voluntarios que donen sangre periódicamente.
Durante la pandemia de COVID-19, a pesar de las restricciones de movilidad y de otras dificultades, los donantes continuaron dando sangre y plasma para pacientes que requerían transfusiones.
Pero, debido a la situación sanitaria , en el último año disminuyó la donación de sangre. Esto pone en riesgo la vida de muchas personas.
Es importante concientizar sobre la importancia de la donación voluntaria y habitual de sangre.
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