lunes, 12 de julio de 2021

12 de julio - Aniversario del Nacimiento de la General Juana Azurduy

Heroína de la Independencia, su historia habla de una entrega total a la causa de la libertad. 
 Juana Azurduy nació el 12 de julio de 1870 en Chuquisaca, hoy Bolivia, en aquel entonces una de las más importantes ciudades del Virreinato del Río de la Plata, ubicada en lo que se conocía como el Alto Perú. 
 Su madre, Eulalia Bermudez, era natural de la zona, y su padre, Matías Azurduy, de ascendencia española, era un hacendado poseedor de considerables tierras y bienes. Ambos le dieron en su mezcla de sangre lo más rico de cada pueblo. 
De los aborígenes heredó el amor a la tierra, el sentirse parte de ella, el respeto por su pueblo; de la herencia española se llevó seguramente la pasión por la aventura de aquellos colonos y la obstinación en el camino a sus objetivos. 
 Criada de muy chica en el campo, desde sus primeros años fue una niña de a caballo. Su padre, sin hijos varones, volcó en ella todas las enseñanzas rurales, no comunes para las niñas de la época. 
Así salió Juana, diestra para los trabajos rudos, excelente jinete, de trato afable y seguro con indios y gauchos. 
De su madre aprendió el quechua, las costumbres indígenas y los secretos de la tierra. Fue huérfana a temprana edad, antes de los 10 años. 
Su educación en la escuela y en el catecismo de la época, más su accidentado paso por un convento, sin duda deben haber sumado disciplina a su férreo carácter y le brindaron los conocimientos adecuados a la época. 
 A los 25 años contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, vecino y amigo desde la niñez. 
Ambos estaban comprometidos con los más débiles y no eran partidarios de la opresión realista. 
Por cuestiones políticas y económicas, se veían perjudicados con las diferencias de existentes entre españoles y criollos, a causa de su sangre o linaje. 
Esta sensación de injusticia los hizo incursionar en las ideas revolucionarias e independentistas, en boga durante aquellos años en Sudamérica debido a los recientes movimientos en Francia. 
 En mayo de 1809 el matrimonio tuvo una comprometida actuación durante la Revolución de Chuquisaca y en 1810 Padilla apoyó la revuelta en Cochabamba con dos mil rebeldes; esta dos acciones los dejarían expuestos ante los realistas. 
Años después, luego de la derrota de las armas patriotas en Huaqui, la situación política cambió y Juana fue apresada junto a sus hijos. 
Haciendo gala de todas sus destrezas Juana escapa de sus captores dándole muerte a un par. El matrimonio y sus cuatro hijos huyeron a caballo. 
Sus bienes fueron confiscados y ellos debieron comenzar su vida de permanente huida y escondites en la selva.
 Inicialmente ella quedaba al cuidado de los niños mientras su esposo operaba militarmente contra los españoles. Pero mientras quedaba sola en la selva practicaba con su sable, las boleadoras y la “huaraca”, una honda de uso tradicional en el norte, logrando ser sumamente hábil en el uso de las armas, lo que sumado a su dominio del caballo la hacía una excepcional guerrera, sorprendiendo a propios y enemigos por no ser normal en aquellos tiempos ver mujeres con semejantes destrezas. 
 Finalmente, ambos se unieron al Ejército del general Belgrano, a quien cayeron en gracia en forma inmediata. Juana, de casaca militar colorada, pantalones blancos y sombrero con pluma celeste y blanca, atraía a hombres y mujeres a la causa y logró reunir miles de voluntarios a las armas. 
Formó el batallón denominado en aquel tiempo “los Leales”, por su reconocida lealtad a los esposos Padilla. Colaboraron en el éxodo jujeño, transportaron entre montañas la artillería en Vilcapugio y sufrieron en la primera línea la derrota de Ayohuma. Después del retiro del Ejército Auxiliar del Perú, los Padilla y sus leales continuaron haciendo la guerra de guerrillas en el Norte. 
 La victoria que obtuvieron ambos en el combate de Tarvita, en 1814, con prisioneros y botín de armas y municiones, hizo que el general español Joaquín de la Pezuela ordenase la persecución y ejecución del matrimonio. 
Ella se refugió con sus hijos en el Valle de Segura con algunos leales, allí sus cuatro hijos mueren de malaria en un breve lapso de tiempo. Luego de la muerte de sus hijos se entregó por completo a la vida militar, y entre campamentos y combates tuvo una quinta hija.
 Después vendrían varias acciones y en 1816, luego de la batalla de La Laguna, en Villar, las tropas de los Leales fueron atacadas y Manuel Padilla decapitado. 
Juana, en otro acto de valentía recuperaría la cabeza de su marido, que era exhibida en una pica como símbolo de escarmiento a los rebeldes, con un violento operativo con sus tropas. 
 El general Manuel Belgrano, otra vez comandante del Ejército del Norte, le hace llegar el despacho con su ascenso a teniente coronel, firmado por las autoridades de Buenos Aires. Le reconocen el derecho al uso legal de la jerarquía, el uso de uniforme militar y el mando de tropas. El prócer, en un gesto que resalta las virtudes de Juana Azurduy, le obsequia su sable. Ella siguió combatiendo a órdenes del general Martín Miguel de Güemes. Y después de algunas heridas y de la muerte del caudillo salteño se retiró de las acciones de guerra con el olvido de sus contemporáneos. 
 Al regresar a su ciudad natal, Chuquisaca, no pudo recuperar sus tierras. Vivió durante unos años de una pensión como coronel que le había asignado el general Simón Bolívar, pero años después los cambios políticos la dejaron sin efecto. 
Murió en una absoluta pobreza, un 25 de mayo de 1862, a los 81 años de edad. Fue enterrada sin funeral ni honores militares en una fosa común. 
Indalecio Sandi, un indígena criado por ella en sus últimos años, pudo referir décadas después el lugar de su entierro, cuando el gobierno de Bolivia decidió rescatarla del olvido y hacerle su justo homenaje. 
Sus restos descansan hoy en la Casa de la Libertad en Sucre, edificio emblemático de la libertad boliviana.


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jueves, 8 de julio de 2021

9 de Julio: ¡Día de la Independencia!

En 1816, convergieron dos hechos fundamentales para la historia nacional: la declaración de la Independencia y la organización final del plan continental del general José de San Martín, que sería el garante de esa independencia y la llevaría más allá de las Provincias Unidas. 
El contexto internacional en el que esto ocurría era complejo: España se había liberado de los franceses y el rey Fernando VII había vuelto al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios. 
El ejército realista había comenzado a avanzar por toda la región derrotando a una parte de los movimientos independentistas americanos. Ante esa situación, las Provincias Unidas se juntaron para decidir qué hacer frente al peligro realista. 
El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica se reunió en San Miguel de Tucumán para limar asperezas entre Buenos Aires y las provincias, pues sus relaciones estaban deterioradas. 
Cada provincia eligió un diputado cada 15.000 habitantes. 
Las sesiones del Congreso se iniciaron el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados de los 34 elegidos. 
 Finalmente, y después de arduas discusiones, el 9 de julio de 1816 los representantes firmaron la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y la afirmación de la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y “de toda otra dominación extranjera”.
 De este modo, después del proceso político iniciado con la Revolución de Mayo de 1810, se asumió por primera vez una manifiesta voluntad de emancipación. 

 La Casa Histórica de la Independencia 
La casa histórica de Tucumán se construyó en 1760. Pertenecía a una importante familia local, la de Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna. 
Era una casa con varias habitaciones, patios que las conectaban y su único ornamento eran unas columnas salomónicas ubicadas a los costados de la puerta principal. 
Después de ser sede del Congreso donde se declaró la Independencia, fue alquilada para la imprenta del ejército, el servicio de Telégrafo y el Juzgado Federal. 
En 1869, el fotógrafo Ángel Paganelli, que visitaba la ciudad de San Miguel de Tucumán, registró el deterioro del edificio a solicitud de un grupo de vecinos para llamar la atención de las autoridades en pos de la conservación. 
 En 1904, el gobierno la restauró pero debido a su pésimo estado tuvo que demoler gran parte de la vieja casa. 
La única parte que fue salvada fue el Salón de la Jura de la Independencia. 
La reconstrucción intentó ajustarse al máximo en cada detalle del edificio original utilizando, incluso, los mismos tipos de ladrillos, tejas y baldosas. 
 En 1941 fue declarada monumento histórico. Actualmente funciona como museo y es centro tradicional de los festejos por la Declaración de la Independencia. 
 Allí cada día 9, el Liceo Militar “General Aráoz de Lamadrid” realiza el relevo de guardia en el Museo de la Casa Histórica de la Independencia. 
Con la intención de resaltar las tradiciones de nuestro pasado, los soldados del Liceo Militar, con el uniforme del Regimiento de Infantería de Montaña 10 y acompañados por la Banda Militar “Sargento Primero Pedro Bustamante” del Instituto, realizan esta ceremonia. 
 De esta forma, el Ejército Argentino junto al pueblo tucumano recuerdan el pasado y mantienen la honesta tarea de custodiar la histórica vivienda donde se juró y se proclamó nuestra Independencia aquel 9 de julio de 1816. 

 La Proclama de la Independencia 
Mientras preparaba en Cuyo al Ejército que cruzaría Los Andes, San Martín se mostraba impaciente para que el Congreso reunido en Tucumán proclamara la Independencia. En una de las cartas que mantiene con uno de los congresales, el representante de Cuyo, Tomás Godoy Cruz, escribía: 
"¿Hasta cuándo esperamos para declarar la Independencia? ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos?". 
Y concluía:
 "Veamos claro, mi amigo, si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo este la Soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir a Fernandito". 
 El contexto era sumamente complejo, los realistas habían recuperado amplios territorios en América, entre ellos, Chile y buena parte del Alto Perú, lo que constituía toda una amenaza para las Provincias Unidas. 
En Europa, se asistía a la restauración de las monarquías; en la Banda Oriental, podía constatarse el avance portugués; y en el plano interno, las relaciones entre el gobierno central y el litoral estaban quebradas. 
Asimismo, las relaciones entre Buenos Aires y provincias que participaban del Congreso no estaban exentas de tensiones. Finalmente, el acta de la Independencia se firmó el 9 de julio de 1816, donde prevaleció una postura que representaba el mandato de la mayoría de las provincias: investir a las Provincias Unidas del "alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli". 
Quedaba expresamente rechazada toda fórmula intermedia que habilitara algún tipo de protectorado. 
Se trató, pues, de una manifestación clara, acorde con el pedido de San Martín, de declarar la Independencia absoluta de las Provincias Unidas respecto a la corona española y "de toda otra dominación extranjera", según la fórmula agregada a la proclama días después en las siguientes sesiones del Congreso. La proclama se publicó en español. 
También en quechua y aymará con el fin de incorporar al proceso a los pueblos originarios. 







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miércoles, 7 de julio de 2021

7 DE JULIO: DÍA DEL COOPERATIVISMO

En 1923 el Comité Ejecutivo de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) recomendó conmemorar un día internacional de las cooperativas. 
El 1992 la Asamblea General de la ONU (Naciones Unidas) proclamó la necesidad de realizar un «Día Internacional de las Cooperativas» a partir de julio de 1995, en conmemoración al centenario de la creación de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI).
 La ACI fue fundada en Londres en 1895. Es un grupo que reúne organizaciones cooperativas de 100 países que cuentan con un total de 700 millones de miembros.
 En diciembre de 1994, la Asamblea General de la ONU, invitó a los gobiernos, organizaciones internacionales, organismos especializados y organizaciones cooperativas nacionales e internacionales a observar anualmente este día, reconociendo que las cooperativas estaban pasando a ser un factor indispensable del desarrollo económico y social. 

 El objetivo de este Día Internacional es: 
 Aumentar la conciencia sobre las cooperativas 
Destacar la complementariedad de las metas y los objetivos de las Naciones Unidas y del movimiento internacional de cooperativas 
Destacar la contribución del movimiento en la solución de los principales problemas abordados por las Naciones Unidas
 Fortalecer y ampliar las asociaciones entre el movimiento internacional de cooperativas y otros participantes, incluidos los gobiernos, a nivel local, nacional e internacional.

¡FELIZ DÍA  
 QUIENES COLABORAN DÍA A DÍA 
CON LA 
COOPERADORA DE LA 20!

En la Ciudad de Buenos Aires "Día del Cooperativismo": 
Artículo 1.º: Inclúyase en el calendario escolar de cada año en todas las Escuelas Primarias dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 7 de julio como Día del Cooperativismo (Ordenanza N.º 39.974)

viernes, 2 de julio de 2021

2 de Julio: Día de la Conmemoración y Recuerdo de Don Andrés Guacurarí

En esta fecha se conmemora el 198° Aniversario de la Batalla de Apóstoles, una de las más grades epopeyas lideradas por Andresito. 
Ocurrió en el año 1817. Allí el héroe misionero logró vencer a las tropas luso-brasileñas que pretendían invadir este territorio. 
 La Batalla de Apóstoles es el enfrentamiento bélico ocurrido el 2 de julio de 1817, en el marco de la invasión luso-brasileñas, también conocida como «guerra contra Artigas», «invasión portuguesa de 1816» o «segunda invasión portuguesa de 1816». 
 El nacimiento de Andres Artigas esta envuelto en misterio. Su actuación como Comandante General de Misiones, entre 1815 y 1819, se conoce en detalle, pero la vida del Prócer no se puede reconstruir con precisión saliendo de estas fechas debido a la escasez de documentos que refieran a otros momentos de su vida.”
Destacado por su audacia y valor, reconocido por encarnar en si el ideario federalista defendido por José Artigas a quien llamaba PADRE, Héroe de las Misiones, fue sin dudas un líder natural para los suyos gracias a su prestigio y gran capacidad de liderazgo.
 En cuanto a la fecha de su nacimiento, el 30 de noviembre de 1778 en San Borja o Santo Tomé, se estima que fue esa fecha por la costumbre arraigada de la época donde se bautizaba a los niños con el nombre del Santo que correspondía al día de su nacimiento. Gran parte de su educación se la debía al caudillo oriental, el cual lo había adoptado en su adolescencia.
 Poseía una caligrafía envidiable, dominaba fluidamente el idioma guaraní y probablemente también el portugués. 
 Había integrado la milicia Guaraní-Misionera incorporada al ejército cuando Belgrano regresaba de su campaña al Paraguay y participó en el sitio de Montevideo bajo las órdenes de Rondeau; tras este se produce el Éxodo Oriental (1811) que señala su entrada en la órbita del Federalismo Artiguista, bajo cuya bandera combatirá por igual, tanto a los portugueses que amenazaban nuestra frontera oriental como al centralismo porteño.
 En febrero de 1815 fue designado por Artigas, Comandante General de Misiones y desde este cargo trató de establecer las instituciones, la economía y la soberanía de esta jurisdicción.