A mediados de marzo de 1982, el Crucero ARA;General Belgrano, con 44 años de funcionamiento y convertido en buque insignia de la Flota de Mar, se encontraba en mantenimiento, luego de un largo viaje, cuando le fue anunciado el alerta de la posible guerra con los ingleses.
A poco de que las tropas argentinas pisaran suelos malvinenses, el 16 de abril, el buque zarpó hacia Islas de los Estados, en las aguas de Ushuaia, a fin de defender la línea de la costa, vigilar los accesos desde el sur a la zona de las islas e interceptar la flota enemiga de ser requerido.
Mientras tanto, se aceleraba el entrenamiento y prueba de artillería.
El primer día de mayo, el crucero se encontraba rumbo a posiciones de guerra, pero en la mañana del 2 las órdenes cambiaron, llamando a tomar posición de espera, al sur de las islas, fuera del área de exclusión declarada por Gran Bretaña.
No obstante ello, el gobierno inglés da órdenes al submarino atómico Conqueror de torpedear y hundir el crucero General Belgrano.
En su hundimiento, fallecieron 323 personas, casi la mitad del total de muertos argentinos en la guerra.
El Informe Rattenbach, en su último párrafo, indica:
«Al Reino Unido, vencedor de la contienda, le queda hoy el análisis desapasionado de su conducta durante el conflicto (…) De este análisis surgirá, a no dudarlo, el hecho intrínsecamente cruel por innecesario, cual fue el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano. Su responsabilidad por este acontecimiento, además de otros de menor cuantía, es insoslayable».
Brindamos hoy un respetuoso homenaje a los Tripulantes del Crucero A.R.A General Belgrano.